
Hace varios meses, aconsejaba a mis estudiantes que vieran la profesión de programador como una oportunidad de oro al alcance de cualquier persona, independientemente de sus recursos económicos, ya que el conocimiento es bastante accesible en la web y también porque es una labor muy lucrativa. Sin embargo, hace dos semanas, Jensen Huang, el CEO de la empresa NVIDIA, una de las empresas líderes en tecnología, recomendó que ya no se les enseñara programación a los niños, argumentando que la inteligencia artificial iba a ser quien estaría llevando a cabo estos procesos de desarrollo.
Analizando la situación, efectivamente, a una inteligencia artificial se le hará más fácil desarrollar aquello con lo que ella misma ha sido creada. Personalmente, he utilizado inteligencia artificial al programar y he notado que interpreta muy bien los códigos, ofreciendo incluso códigos depurados y actualizados, superando lo que a veces desarrollamos nosotros mismos.
Esta situación me hizo recordar los años 90, cuando en mi ciudad natal empezaron a popularizarse las computadoras en empresas grandes y medianas. En aquel entonces, era raro encontrar personas que supieran manejar computadoras y software, por lo que muchas empresas necesitaban urgentemente personal capacitado en su manipulación.
Recuerdo que, para ese entonces, por colocar dos ejemplos, las empresas que empezaban a requerir secretarias no tenían tanto en cuenta la ocupación para la cual estaban entrenadas, sino que hubieran hecho cursos de computación, sistema operativo y/o el paquete ofimático. Así también ocurría en las empresas de cadenas de mercado, habían hecho una transición de las cajas registradoras antiguas (de display numérico) hacia una caja registradora manipulada por un computador con lector de códigos de barras.
Se evidenció en esa época cómo estas empresas, con urgencia, contrataban personas que tuvieran conocimientos en informática para poder enfrentarse a esos actualizados puestos de trabajo, no interesaba que fueran mercaderes que tuvieran estudios específicos, sino que pudieran manejar el computador. De manera que los primeros en estudiar informática en ese entonces fueron obteniendo la ventaja delante de aquellos que no lo habían hecho.
A lo largo de los años, la informática se volvió más común y empezó a formar parte de los programas educativos. En la actualidad, vemos que las empresas buscan el perfil adecuado para cada puesto de trabajo, porque la informática pasó a ser parte de las competencias blandas dominadas por cualquier bachiller.
Ahora, con la llegada de la inteligencia artificial, veo que ocurrirá algo similar. Actualmente, muchos profesionales están formándose en desarrollo de software y programación, lo cual le dará ventaja a la hora de trabajar con inteligencia artificial. Por lo tanto, considero que toda carrera o programa de formación debería incluir conocimientos básicos de algoritmos, en lugar de enfocarse únicamente en el manejo de software de oficina o específico.
Los algoritmos llegarán a ser un conocimiento básico que debe manipular toda profesión. Porque en los algoritmos es donde está la base de las instrucciones finitas, organizadas y bien definidas, que necesitamos para darle unas buenas instrucciones a la inteligencia artificial cuando se quiera que realice una tarea óptima.
Debo aclarar que el contexto en el que está enmarcado este artículo son fechas de referencia basadas en los hechos ocurridos en mi ciudad natal, la cual para entonces era muy pequeña. Hoy, con un poco más de crecimiento, podríamos decir que se encuentra a la vanguardia de todas las tecnologías utilizadas en las principales ciudades del país.